La medicación utilizada y la falta de oxígeno pueden provocar alucinaciones que explicarían las ECM. Pero hasta ahora, ninguna hipótesis ha sido comprobada.
Near Death Experience (NDE) ó Experiencia Cercana a la Muerte (ECM)
Que atravesaron un túnel, que divisaron una luz brillante, que se "salieron" de su cuerpo. Quienes sintieron cerca a la muerte cuentan esas experiencias. Otros intentan explicarlas.
Los relatos son cautos y, en su mayoría, anónimos. Luego de vivir una experiencia de ese tipo, ninguno quiere exponerse demasiado. Las narraciones tienen tintes de ciencia ficción y ellos lo saben. "La gente piensa que uno está loco", alegan. Por eso, varios testimonios piden reservar su nombre real, "por la familia", "por los colegas".
Los relatos son cautos y, en su mayoría, anónimos. Luego de vivir una experiencia de ese tipo, ninguno quiere exponerse demasiado. Las narraciones tienen tintes de ciencia ficción y ellos lo saben. "La gente piensa que uno está loco", alegan. Por eso, varios testimonios piden reservar su nombre real, "por la familia", "por los colegas".
Juan Olivera (foto), de 66 años, fue el único que no tuvo resquemores en ese sentido. Cree que contar su experiencia puede ayudar a quienes hayan atravesado algo similar. Su corazón está bastante baqueteado: lleva cuatro cirugías y 22 cateterismos. En uno de los pos-operatorios, acostado en una sala del sanatorio, comenzó a sentirse mal hasta que "salió de su cuerpo". "Primero sentí una oscuridad total, terrible, hasta que alcancé a divisar una luz que se iba agrandando. Me dirigí hacia allí, sentía que me empujaba, pero regresé y oí la voz del médico diciendo: `Volvió. Lo recuperamos`". Había sido reanimado de un paro cardíaco.
Lo que Olivera vivió se conoce alrededor del mundo como ECM, Experiencia Cercana a la Muerte (también es frecuente que se lo cite por sus siglas en inglés, NDE, Near Death Experience). De esa manera se denomina a las sensaciones que pacientes relatan haber sentido luego de episodios que los dejaron inconscientes o "clínicamente muertos" durante diversos lapsos de tiempo. La enorme mayoría son reanimados de paros cardíacos.
En general, las sensaciones contadas se repiten: encontrarse en la oscuridad, a veces en un túnel, ver una luz brillante y sentirse atraídos hacia ella; reunirse allí con parientes muertos o con figuras que avisan que `todavía no es la hora`; sentir mucha paz, desprenderse del cuerpo y ver lo que sucede a su alrededor `desde arriba`; recordar todo lo que sucedió y se dijo en el quirófano o el lugar donde se encontraba aún en ese estado inconsciente, son las más comunes.
Esos relatos son más frecuentes de lo que se piensa. Estadísticas norteamericanas dicen que el 20% de los sobrevivientes de ataques cardíacos recuerda al menos uno de esos elementos. En Uruguay no hay estudios al respecto, pero varios médicos consultados coincidieron en que no es raro escuchar eso de los pacientes. "Algo que te dicen muy comúnmente es eso de haber visto pasar su vida por delante, como una película, en segundos", explica uno de ellos.
Esos relatos son más frecuentes de lo que se piensa. Estadísticas norteamericanas dicen que el 20% de los sobrevivientes de ataques cardíacos recuerda al menos uno de esos elementos. En Uruguay no hay estudios al respecto, pero varios médicos consultados coincidieron en que no es raro escuchar eso de los pacientes. "Algo que te dicen muy comúnmente es eso de haber visto pasar su vida por delante, como una película, en segundos", explica uno de ellos.
"ALGO DEBE HABER". Alejandra pasó dos veces por un paro respiratorio. Luego de un accidente, y tras varias operaciones, contrajo una infección pulmonar que la obligó a utilizar un respirador. Cuando decidieron quitárselo para que ella intentara respirar sola, sintió que se ahogaba y llegó al paro. "La primera vez fue rápido. Estaba desesperada, me quedaba sin oxígeno y sólo pensaba `me muero`. Sentí que me entregaba y por un momento tuve una sensación de placer. Pero cuando volví le pedí a mi madre `por favor, no me hagan esto nunca más`. La segunda vez fue más tiempo. Fue la misma lucha, pero tuve la sensación de salirme del cuerpo y verme". Alejandra confiesa que no muchas veces ha contado esto, a pesar de que mantiene el recuerdo vívido de esa experiencia. "Uno mismo pone una negación", dice. Ante la pregunta de si ella misma no terminaba de creer lo que había sentido, suspira y contesta: "No sé, se viven tantas cosas en un sanatorio...".
Beatriz, de 48 años, también tuvo una ECM. Aunque en su caso, el paro cardíaco (provocado por una sepsis contraída en una operación de riñón) derivó en un estado de coma que duró 30 horas. "No estuve en un túnel, pero sí fui envuelta por una luz que me encandiló. Recuerdo la sensación absoluta de paz y de no querer regresar. También vi seres y sentí que me desprendía del cuerpo, miraba y escuchaba todo desde arriba. No puedo decir cuánto duró, sólo sé que fue en ese lapso de 30 horas".
Muchos entienden que esa coincidencia de sensaciones sólo puede deberse a un elemento espiritual. Si a lo largo de varios siglos (hay registro de cuentos similares de al menos dos mil años) y en todas partes del globo, los relatos se repiten, tiene que ser la confirmación de la existencia de un "más allá", opinan. Otros buscan una explicación más científica. "Yo miro ese hilo común y veo un proceso biológico", aduce un neurofisiólogo estadounidense (ver recuadro).
Lo cierto es que la ciencia no ha cejado en buscar motivos racionales. Hace algunas semanas, una enfermera galesa llamada Penny Sartori publicó un libro titulado Experiencias Cercanas a la Muerte de Pacientes Hospitalizados en Terapia Intensiva. Un estudio clínico de cinco años, donde recopila narraciones de pacientes que pasaron por los hospitales de Singleton y Morriston, donde ella se desempeña. Los cuentos reunidos, una vez más, se repiten: túnel, luz, sensaciones de levedad y desprendimiento, etc.
Laura es cirujana y ha escuchado decenas de cuentos por el estilo. El tema siempre llamó su atención y ella misma pregunta a los pacientes que tienen antecedentes de ataques cardíacos si han atravesado por experiencias singulares. "Por sí sola la gente no te lo cuenta porque tiene miedo de que la trates de loca. A veces es difícil que te digan algo y algunos no se acuerdan de nada. Pero si indagas, hay muchos relatos".
Lo cierto es que la ciencia no ha cejado en buscar motivos racionales. Hace algunas semanas, una enfermera galesa llamada Penny Sartori publicó un libro titulado Experiencias Cercanas a la Muerte de Pacientes Hospitalizados en Terapia Intensiva. Un estudio clínico de cinco años, donde recopila narraciones de pacientes que pasaron por los hospitales de Singleton y Morriston, donde ella se desempeña. Los cuentos reunidos, una vez más, se repiten: túnel, luz, sensaciones de levedad y desprendimiento, etc.
Laura es cirujana y ha escuchado decenas de cuentos por el estilo. El tema siempre llamó su atención y ella misma pregunta a los pacientes que tienen antecedentes de ataques cardíacos si han atravesado por experiencias singulares. "Por sí sola la gente no te lo cuenta porque tiene miedo de que la trates de loca. A veces es difícil que te digan algo y algunos no se acuerdan de nada. Pero si indagas, hay muchos relatos".
Ella reconoce que, entre sus colegas, el tópico es tratado con recelo y a veces hasta con burlas. "Cuando hablamos del tema, si somos cinco médicos, dos se empiezan a reír. Pero hasta los que no creen igual dicen: `Algo debe haber, por algo todos cuentan lo mismo`. Yo sí creo. Creo en Dios y en que hay algo más".
Entre los pacientes, algunos se aferran a esa experiencia como una demostración de la existencia de un mundo espiritual, y otros continúan escépticos. El cardiólogo Jorge de Paula, quien también ha seguido mucho el tema por propio interés y ha recogido varios testimonios al respecto, opina que hay que ser muy respetuoso de las vivencias que se atraviesan en las ECM, al tiempo que recuerda que el tema se estudia y muchos le encuentran explicaciones científicas.
Una de estas expone como argumento las drogas que se dispensan en esos casos. El médico internista Mario Godino trabaja continuamente con pacientes críticos y en reanimación en CTI aunque, aclara, éstos suelen pasar bastante tiempo en estados inconscientes y la charla se da más con los familiares. "Nosotros no solemos recibir esos relatos. Son más bien de otras situaciones, de puertas de emergencia. Reciben muchísima medicación, y algunas de las drogas son hipnóticas, producen amnesia de los episodios vividos".
Una de estas expone como argumento las drogas que se dispensan en esos casos. El médico internista Mario Godino trabaja continuamente con pacientes críticos y en reanimación en CTI aunque, aclara, éstos suelen pasar bastante tiempo en estados inconscientes y la charla se da más con los familiares. "Nosotros no solemos recibir esos relatos. Son más bien de otras situaciones, de puertas de emergencia. Reciben muchísima medicación, y algunas de las drogas son hipnóticas, producen amnesia de los episodios vividos".
En su libro, la enfermera Sartori ensaya como explicación el efecto de las endorfinas, los niveles anormales de gases sanguíneos y los bajos niveles de oxígenos, que pueden generar alucinaciones.
Los propios pacientes, en cambio (o varios de ellos), lo viven como una revelación. Juan Olivera asegura que también vio un río, pájaros y un lugar "de ensueño" en su ECM, "como un paraíso". "He leído mucho a Brian Weiss (psiquiatra norteamericano que escribe sobre vidas pasadas) y me afirmé más a todo lo que él plantea", cuenta.
Beatriz, en tanto, asegura que la experiencia le reforzó la fe y considera que ella misma eligió quedarse aquí. "No voy a salir a predicar en una plaza, pero cuando me encuentro con alguien que no tiene fe, le digo que la muerte no existe. Es un cambio de estado y nada más. A veces, cuando tengo miles de problemas, digo: `Pero... pensar que estuve allá y tuve que volver`".
Beatriz, en tanto, asegura que la experiencia le reforzó la fe y considera que ella misma eligió quedarse aquí. "No voy a salir a predicar en una plaza, pero cuando me encuentro con alguien que no tiene fe, le digo que la muerte no existe. Es un cambio de estado y nada más. A veces, cuando tengo miles de problemas, digo: `Pero... pensar que estuve allá y tuve que volver`".
La ciencia busca sus motivos
Dado que las sensaciones narradas por pacientes que atravesaron ECM son tan frecuentes (hay registro de cuentos similares que datan de más de dos mil años y según las estadísticas actuales uno de cada cinco sobrevivientes de ataques cardíacos recuerda al menos uno de los elementos de una ECM), son muchos los científicos alrededor del mundo que no han cejado en buscarles una explicación apta para publicar en los anales de la ciencia.
Uno de ellos es Kevin Nelson, neurofisiólogo de la Universidad de Kentucky, en Lexington, Estados Unidos, quien asegura que las ECM son estados similares al sueño, gatillados por el estrés y la predisposición a sufrir cierto trastorno de sueño común. La llamada intromisión REM (fase del sueño más profunda) es un rasgo común de la narcolepsia, un trastorno neurológico que puede causar alucinaciones y a veces la sensación de estar fuera del propio cuerpo. Pero esa intromisión puede afectar a cualquiera y es considerada una explicación racional para muchos de algunos fenómenos sobrenaturales. De hecho, las sensaciones de caída y flotación son comunes en los sueños.
En cuanto al "verse desde fuera" el neurólogo Olaf Blanke explica que puede suceder cuando el cerebro no logra entretejer diferentes hilos de información sensorial, algo que ha sido probado en experimentos. Aún así, por ahora ninguna hipótesis logra explicar todos los elementos que se viven en una ECM.
Es sólo simbología común, opina Galimberti
Muchos de los pacientes que han vivido estas experiencias, llamadas "cercanas a la muerte" (ECM), les atribuyen un significado espiritual que concuerda con dictámenes de diversas religiones. No obstante, ninguna doctrina toma esas situaciones como sustento de sus predicaciones.
El obispo de Salto, Pablo Galimberti, afirma que las sensaciones narradas por quienes han atravesado ECM son comunes a las personas en todos los puntos del planeta. "Son símbolos, metáforas del alma humana. El alma tiene un lenguaje común. Por ejemplo, el agua es símbolo de vida, frescura, revitalización, en cualquier cultura y tiempo. Es parte de un sustrato común. Es lo que el psiquiatra suizo Carlos Jung llamó inconsciente colectivo", dice Galimberti.
Por eso mismo, esas experiencias pueden ser vividas por alguien religioso tanto como por un ateo o agnóstico, y no tienen por qué cambiar sus creencias. "Esto no es religión. Es preludio. Ver una puesta de sol me puede evocar vivencias, pero no es religiosidad formalmente hablando. Sí puede servir de trampolín para abrirse el corazón a la revelación de Jesucristo". Aunque opina que esas situaciones pueden ayudar a quien las vive a acercarse a la dimensión espiritual, el obispo duda que efectivamente se trate, como relatan algunos pacientes, de un contacto con Dios. "Si uno cree en Dios es por un contacto consciente, libre, que adhiere. Si no, lo tomo meramente como quien se droga, por tener una experiencia límite. Eso me parece más de religiones alternativas".
No obstante, para Galimberti, hay algo que sí queda demostrado en la frecuencia y repetición de los relatos, que aluden a los mismos símbolos una y otra vez. "Lo veo como una reafirmación de que el alma humana, en determinadas circunstancias, apela a esas vivencias. Esa simbología a la que se recurre es común en un creyente y en un no creyente. Todos soñamos cosas parecidas".
La confirmación es que el alma humana tiene una dimensión religiosa constitutiva, asegura. "Por eso, una posición laicista que pretenda ignorarlo y decir que la religión es sólo cuestión de dogmas e iglesias está totalmente equivocada".
Fuente: Diario El País (Uruguay, domingo 20 de julio de 2008.
